lunes, 24 de enero de 2011

VARGAS LLOSA Y LAS VÍCTIMAS DE LA CANTUTA

LA NOCHE DE LA CANTUTA
"LOS SÍMBOLOS PESAN MÁS QUE LOS MUERTOS"

"... - De haberlo sabido, nadie en Miraflores hubiera llamado la atención, a las 8:20 de la noche de aquel 16 de julio de 1992, que los violentos estuvieron atacando, con explosivos y descargas de fusilería, cuatro comisarías en Villa María, en el cono sur de la capital. Los atentados en la periferia o provincias, eran pan cotidiano. Cuando media hora más tarde, en la cuadra nueve de la avenida Larco, en el corazón de Miraflores un petardo movilizó a la policía de la primera cuadra del jirón Tarata, los miraflorinos dieron un respingo. Pero sólo un respingo ¿Cómo podían ellos saber que el ataque a las comisarías, allá lejísimos, y ese petardo, aquí cerca, era parte de un trama más grande, un divertimiento para despejar el terreno, si ni siquiera los policías que fueron movilizados hacia el cono sur al registrarse el ataque a las comisarías, y los del jirón Tarata al estallar el petardo, lo podían saber?

Pero sí estos dos hechos dispersos estaban unidos por una cronometría glacial. Pasada las 9, menos de una hora antes del toque de queda vehicular dos camionetas Toyota avanzaron hacia la cuadra uno y dos de Tarata, cerca de la intersección con el jirón Alcanfores.

De su interior descendieron dos personas, y se consustanciaron con la noche intercambiando disparos, a ciega, con agentes de seguridad. Estos que sospechaban desde el instante en que los vieron, creyeron herir a los fugitivos en la refriega.

Dos guardianes de un banco se acercaron al primer vehículo. En ese preciso instante la guerra llegó a Miraflores.

Casi ochocientos kilos de dinamita y anfo hicieron volar por los aires contaminados de inocencia estúpida a medio distrito, veinticuatro muertos y doscientos heridos. La sangre y el terror abrazaban en una experiencia común a la patria y a los compartimientos estancos.

Fueron los más contundentes entre los quince coches-bomba de aquel y los próximos siete días, y sus veintiún muertos los más pesados entre los cerca de veintemil cadáveres que era el saldo estadístico del fuego cruzado enre los subversivos y militares desde el 1980-

Los símbolos pesan más que los muetos. Y Miraflores era un símbolo. A la mañana siguiente, la brisa hacía planear sobre algunas esquinas de la capital volantes que prometían venganza contra Sendero.

Esos agentes de seguridad que habían olido sangre en la tiniebla no estaban equivocados. Los fugitivos iban heridos, circunstancia que los condujo, durante su huída, a un lugar distinto al que tenía previsto.

Cada uno por su cuenta, después de varios rodeos y las cataplasmas que lograron aplicarse por el camino, enrumbaron por la carretera central, una vez que fueron recogidos en los puntos de encuentro fijados, hacia Chosica.

Apretando los dientes para dominar el dolor, sin mucho sentimientos con respecto al pandemonio humeante que habían dejado a su paso por la calle Tarata, los dos subversivos hicieron su ingreso, muy tarde, bajo el manto de la densa oscuridad cantuteña y en brazos de unos camaradas, al campo de la universidad.

Una vez allí fueron conducidos al pabellón de varones, a una habitación donde había sido improvisada una sala de primeros auxilios, no contigua a los dormitorios donde ya roncaban muchos de los internos. Se echaron sobre las camas. Cuatro jóvenes se precipitaron a atenderlos.

No le faltaba razón a esa inteligencia militar acerca de la importancia que tenían las zonas de Chosica y las otras zonales de la organización de obreros, barrios y trabajadores en los hechos de violencia que desde abril de aquel año, 1992 habían aterrorizado a la capital.

Al día siguiente del atentado, cuando el país no acababa de despertar de la conmoción de la víspera, sobre la mesa de parte de inteligencia del ejército aterrizaba la información detallando la presencia de los heridos en la universidad y la atención recibida por ellos, en el pabellón de varones, de manos de cuatro estudiantes. Cruzadas con las listas de la base de acción cívica y los informes de Katy, Jacquie, Paty y otros colaboradores, la información ceñía los contornos del cada vez menos difuso enemigo universitario".


Al profesor Muñoz, en cambio, quien lo seguía no era  Jackie, tampoco Katy. A quien esa  función correspondía era a Paty, que se había acostumbrado a la silueta rechoncha, la papada rolliza, los bigotes poblados y la presencia constante del profesor de la facultad de pedagogía en los incidentes entre estudiantes y militares, en los que a menudo era mediador...
Álvaro Vargas Llosa "En el reino del espanto" . En el megajuicio, los fiscales esgrimieron la novela "Ojo por Ojo" de Umberto Jara, y los jueces la valoraron como prueba.

Hay que tener en cuenta que según la CVR, nuestro laureado Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa le exigió al Gobierno de turno un "respaldo político 'resuelto' a las Fuerzas Armadas en la lucha contra el terrorismo"
Este link: 2.2. PAP
INFORME DE LA COMISIÓN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIÓN
2.2. El gobierno del Partido Aprista Peruano - PDF
2.1.4. El PAP frente a la crisis

2.2. El gobierno del Partido Aprista Peruano - PDF
Así pues, al comenzar 1989, el país se precipitaba en una grave crisis económica de amplias repercusiones, con amenazas de golpe militar y pedidos de adelanto de elecciones. El líder del Movimiento Libertad, Mario Vargas Llosa, acusó al Presidente de haber "claudicado en su deber de gobernar. Parece haber levantado los brazos ante la violencia y la crisis económica; guarda frente a ello total inacción, lo que hace sospechar que acaso sea el primer interesado en una quiebra del orden constitucional"44 y le exigió "un respaldo político resuelto a las Fuerzas Armadas en la lucha contra el terrorismo y que encabece una movilización de la sociedad civil de apoyo a la acción militar contra la subversión y la delincuencia."45 Volviendo a Alvaro Vargas Llosa para poder escribir esta trepidante historia verídica, el autor se interno clandestinamente en su país, a fin de penetrar el "espanto" de su servicio de inteligencia y exponer sus vísceras. También se basó en información que obtuvo de agentes del servicio secreto peruano, quienes arriesgaban su vida al revelar dicha información.

Escrito con la fuerza y la profundidad de una obre literaria y con las revelaciones asombrosas de un gran reportaje, esta "novela de no ficción" para usar el término de Truman Capote - expone por primera vez el horror y la barbarie militar en el Perú a través de la reconstrucción exacta, minuto a minuto, de cuatro casos que conmovieron al mundo y que en realidad son uno mismo: nueve estudiantes y un profesor desaparecidos, dos agentes secretas que pagan con el infierno su desafío al poder y un grupo atrincherado en una teledifusora a la espera del asalto final...

Que los hechos son reales y no inventado, da a estas páginas una potencia y un vitalidad aún mayores y las hace más espeluznantes y enternecedoras."


INFORME DE LA COMISIÓN DE LA VERDAD Y RECONSIDERACIÓN (PERÚ)
Este link: 2.1. Acción Popular GOBIERNO DE BELAUNDE TERRY 2.1.4. La responsabilidad del gobierno
Es claro que el gobierno del arquitecto Fernando Belaunde Terry respaldó la actuación de los comandos político-militares entre 1983 y 1985 a pesar de las denuncias sobre las grandes violaciones de derechos humanos de la población civil que se estaban cometiendo y del conocimiento que obviamente debió tener sobre esos hechos. El ingreso de las fuerzas armadas en la zona de emergencia para combatir a la subversión fue dispuesto sin tomar las previsiones necesarias para proteger los derechos de la ciudadanía. Por el contrario, la autoridad civil delegó en las autoridades militares amplias facultades y renunció a ejercer sus potestades para impedir o sancionar graves atropellos contra la población.

2.1.4.2. Impunidad
Sin embargo, la Comisión encuentra que a partir del establecimiento del Comando Político Militar en Ayacucho, y ante el crecimiento de los crímenes del PCP-SLy de agentes de seguridad del Estado, el presidente Belaunde no desarrolló una política decidida de protección de los derechos humanos. Por el contrario, optó por no atender las denuncias a ese respecto que se hacían.

En agosto de 1983, la organización Amnistía Internacional envío una carta al presidente Belaunde en la que señalaba que las fuerzas de seguridad del Estado habían ejecutado sumariamente a centenares de pobladores en la región andina en operaciones contrainsurgentes. El Presidente desatendió el informe: "Las cartas de Amnistía Internacional van al tacho de basura (…) yo no las acepto".53

La indeferencia del gobierno de Acción Popular ante estos crímenes no se confinó al Poder Ejecutivo, sino que se extendió también al Legislativo. La Comisión ha encontrado que el Congreso, en el que Acción Popular tenía mayoría, no instituyó ninguna comisión investigadora sobre desapariciones forzadas de personas a pesar de las denuncias existentes. En términos generales, el Legislativo incumplió su deber de fiscalización en materia de derechos humanos, lo que, aunado a la actitud del Poder Ejecutivo, estableció un ambiente de impunidad que la Comisión considera deplorable por las pérdidas de miles de vidas humanas a que ello dio lugar.


Link:
DDHH-PERÚ: Desenterrando la peor masacre de la guerra - IPS ...
Desenterrando la peor masacre de la guerra. Por Ángel Páez ... La masacre de Putis está consignada en el informe de la independiente Comisión de la Verdad y ... mujeres y niños, y sin mayor explicación les dispararon a matar", afirma. ...
ipsnoticias.net/nota.asp%3Fidnews%3D8... -
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Huesos humanos de la matanza de Putis. (1984) GOBIERNO DE FERNANDO BELAUNDE
Crédito: Gentileza Asociación Paz y Esperanza.
LIMA, 30 may (IPS) - No era difícil ubicar los cuerpos, que se encontraban a flor de tierra. Pero los campesinos de la sureña comunidad peruana de Putis tuvieron que porfiar 24 años para que los exhumaran. En 1984, 125 hombres, mujeres y niños fueron fusilados por miembros del ejército luego de cavar sus propias tumbas.

INFORME DE LA COMISIÓN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIÓN

2.2. El gobierno del Partido Aprista Peruano - PDF (Alan García Pérez)

2.1.2.3. Las alternativas frente a las violaciones de los derechos humanos
En la segunda semana de septiembre de 1985 aparecieron denuncias sobre hallazgos de fosas clandestinas correspondientes a matanzas realizadas, semanas antes, por diferentes patrullas del Ejército en las localidades de Pucayacu y Accomarca dejando 7 y 69 muertos, respectivamente. El gobierno inició inmediatamente una investigación y dispuso que los jefes de la II región militar y del comando político militar de la zona de emergencia informen sobre lo ocurrido.

CASO CAYARA 13 de mayo 1988 (Gobierno de Alan García Pérez)
Por la tarde, y después de informarse que la mayor parte de los cayarinos se encontraba en la localidad de Ccehua, los miembros del Ejército se dirigieron a dicho lugar. Al llegar, los militares reunieron a la población, aproximadamente 80 campesinos, entre hombres, mujeres y niños. Los pobladores fueron acusados de haber perpetrado el ataque terrorista en Erusco y fueron obligados, mediante torturas y amenazas, a entregar las armas que supuestamente habían utilizado en el ataque. Después, seleccionaron a los varones, jóvenes y adultos, y los obligaron a echarse al suelo para después torturarlos y asesinarlos en presencia de las mujeres y niños. Murieron 20 comuneros.

Después de hacerse pública la matanza, el presidente Alan García mostró abiertamente su respaldo a las Fuerzas Armadas por la lucha contrasubversiva que venía ejecutando a nivel nacional.

2.1.2.3. Las alternativas frente a las violaciones de los derechos humanos
2.1.2.4 El impacto de la matanza de los penales
2.1.4.4. El "Comando Rodrigo Franco"
2.1.4.6. La fase final del gobierno aprista
La agudización del conflicto armado interno en el quinquenio aprista se revela mejor con estas cifras: En 1985, el 6.04% de la población nacional y el 7.25% del territorio estaba bajo el régimen de estado de emergencia o de un comando político militar, mientras que en 1990 lo eran el 45.18% de la población y el 29.62% del territorio.54 El Gobierno aprista fracasó en esta lucha. Su cambiante accionar expresa que finalmente no supo romper con la tendencia no sólo a militarizar el conflicto, sino a dejarlo luego fuera del control democrático. Sus intentos de hacer algo distinto, no tuvieron coherencia y fuerza. Es claro que los sectores sociales más afectados por esa estrategia no tenían la capacidad de hacer sentir la magnitud de su maltrato en la escena nacional y que la sociedad urbana, sobre todo sus sectores más influyentes, preferían no involucrarse en un problema tan duro y finalmente lejano aún de sus hogares. Ese contexto, no afecta el juicio crítico de la Comisión sobre las graves responsabilidades éticas y políticas del Gobierno, pues era precisamente su principal obligación defender la vida de sus ciudadanos. Otras implicancias de esta responsabilidad dependen del análisis de casos particulares de violaciones de derechos humanos que son materia de otra sección del Informe.

Por este informe de la CVR, en el Perú la democracia estaba jaqueada, el mate era inminente, la economía carcomida en sus entrañas y el desaliento del pueblo y sus autoridades inoperantes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) hundidos en la desesperanza. Es el país que en el 1990 recibió Alberto Fujimori.
Link: A callar Cayara: Otra masacre aprista impune
7 Mar 2008 ... A callar Cayara: Otra masacre aprista impune ... La Comisión viajó a Cayara solo un mes después de los hechos y durante los tres días de su ...
diariolaprimeraperu.com/online/huanca... -
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SU AMIGO
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