ATENTADO EN TARATA TAN CERCA Y TAN LEJOS

- TARATA Y SUS FANTASMALES ESQUELÉTICOS EDIFICIOS EXUDANDO SANGRE Y DOLOR, SUDARIO DE LO QUE ES CAPAZ LA MISERIA HUMANA.

- ÁLVARO VARGAS LLOSA, PLANTEA UNA INTERROGANTE EN SU NOVELA DE NO FICCIÓN "EL REINO DEL ESPANTO"

AUTOR: Dr. PABLO ALBAN
Perú, 16 de junio 1992, a la fecha han transcurrido 16 años de insanía criminal, ataque sanguinario sin escrúpulos conjeturado con gran perversidad y frialdad de ánimo, justificando el delito imbuidos de una ideología delirante, protegidos del castigo por la impunidad que les otorgaba el anonimato a las sombras de un deliberado apagón  vaticinante de una tormenta, corroía la incertidumbre exacerbada por las huestes asesinas de "Sendero Luminoso".

La hora nona había transcurrido sin presagiarse la desgracia, los citadinos se guarecían al calor de sus hogares obligados por el restrictivo Toque de Queda.
La frágil tirantez estalló impactada por la explosión equipotente a un volcán en erupción vomitando inconsciente odio reprimido de dinamita y anfo abarrotados en dos camiones. El estruendo se escuchó a varios kilómetros de distancia, los que estábamos alejados del epicentro soterrábamos la aprehensión de nunca preguntar ¿Por quién doblan las campanas?

¿Pero, de qué odio hablamos? de los perpetuamente marginados quechua-hablantes pobladores andinos, tan cerca y tan distantes, el resentimiento, medio de cultivo abonado por devastadores "luchadores sociales" que esgrimiendo el arma de la traición fratricida generaron destrucción y mortandad indiscriminada. Lima ciudad capital, Miraflores distrito, Tarata una calle y sus alrededores convertida en pira, sus pobladores las víctimas expiatorias, preelegida decantando otras clases sociales, imputándoles el símbolo del poder que ellos querían arrancar para sí mediante la ferocidad sin límites. Tarata tan cerca y tan lejos, que tan pocos recuerdan tu calvario, vivificado al visionar las desgarradoras imágenes derrumbándose precipitosamente el centro de Manhattan, las Torres Gemelas, el 11 de setiembre de 2001.

Tan cerca y tan lejos Tarata y sus fantasmales esqueléticos edificios exudando sangre y dolor, sumario de lo que es capaz la miseria humana, asumimos condolidos el tormento de los sufrientes debatiéndose atrapados bajo el peso de toneladas de escombros y... de la zozobra de los familiares patentizada en la desgarradora estertorosa voz de aquel padre que clamaba por su hijo adulto, ansiando auscultar entre los múltiples quejidos el de su amado vástago aquel cuando niño socorriéndole de cualquier percance arrulló en sus brazos. Las imágenes no engañan, ésta fue la realidad ya olvidada, la furia desatada por un enemigo sin rostro, que esta vez dejaba el triste saldo de 25 personas muertas y 155 mutilados y pérdidas materiales superiores a los 3 millones de dólares.

"Este día del atentado fue un jueves, yo lo recuerdo muy bien" relata el hermano de un joven odontólogo que murió el día de los hechos (CVR), "mis vecinos, muchos de ellos bajaban con los oídos con sangre, con la nariz con sangre, con heridas en la cara. Todos tenían un tipo de lesión definitivamente, no pude ver una persona en estado totalmente normal. En el trayecto también pude ver cadáveres mutilados, pude ver escenas que realmente me hacían pensar que estábamos en una guerra (...)".
Treinta y siete coches bombas estallaron provocando conmoción en la capital, Lima Metropolitana, dejando más de un centenar víctimas entre muertos y heridos. Las acciones militares de Sendero Luminoso en Lima con respecto a los años anteriores, aumentaron en número e intensidad, situación catastrófica que comprometía nuestra estabilidad como país, frente a la ingobernabilidad se optó por una medida antipopular la ruptura del Orden Constitucional, Auto-golpe de Estado en medio de la protesta de la cúpula política tradicional qué dado su desprestigio no tuvo eco en la población deseosa de vivir con mayor seguridad.
¿Quienes fueron los autores del atentado de Tarata? Responsabilidad del Estado aplicar la Ley. Sendero Luminoso había infiltrado sus células en las universidades nacionales especialmente "Enrique Guzmán y Valle" (La Cantuta). Impedían ser intervenidas amparándose en el derecho que les otorgaba "Autonomía" convirtiéndose en refugio de terrorista.

Actualmente nuestro Poder Judicial considera documento de prueba para incriminar a una persona, las "narraciones". Siguiendo esa línea una seria interrogante plantea Álvaro Vargas Llosa con referencia al atentado de Tarata, en su novela autodenominada de no ficción "El reino del espanto" (pág 41-42) : "Los fugitivos (sediciosos), iban heridos... enrumbaron por la carretera central... hacia Chosica... sin muchos sentimientos con respecto al pandemónium humeante, que había dejado a su paso por la calle Tarata, los dos subversivos hicieron su ingreso muy tarde, bajo el manto de la densa oscuridad cantuteña y en brazos de unos camaradas, al campus de la universidad... Al día siguiente del atentado, cuando el país no acababa de despertar de la conmoción de la víspera, sobre la mesa de parte de inteligencia del Ejército aterrizaba la información detallando la presencia de los heridos en la universidad y la atención recibidos por ellos, en el pabellón de varones, en mano de cuatro estudiantes".En el marco de la guerra interna, en él que el enemigo se mimetizaba con la población general, todos eramos sospechosos de ser culpables.LEA

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