lunes, 26 de julio de 2010

EL FACTOR HUMANO DE JAVIER PÉREZ DE CUÉLLAR

Javier Pérez de Cuellar, quinto Secretario General de las Naciones Unidas, peruano, único latino americano hasta ahora en ejercer el máximo cargo en las Naciones Unidas.


Javier Pérez de Cuéllar inició su trabajo de Secretario General 1º de enero de 1982. Cinco años después, la Asamblea General le renovó su mandato por otro período, de enero de 1987 a diciembre de 1991.

Mérito del que nos orgullemos todos los peruanos sin distinción de color político. Ocupó el más alto cargo por la Paz Mundial y reelegido porque mantuvo el field de la balanza.
Característica del ser humano, endiosar a sus héroes civiles o militares, lo observamos en todas las civilizaciones, la más cercana los Estados Unidos de América.
Inconscientemente rechazamos sus defectos, no mimetizándolos como Dioses del Olimpo, ni el Dios y personajes bíblicos... sino "humildemente" como santos cristianos... o en su extremo con el fanatismo musulmán.
Javier Pérez de Cuellar, a solicitud de distintos grupos políticos de oposición en su tentativa por recuperar el poder, accedió a ser candidato a la presidencia de la República, quiso volcar su óptimos oficios en la lucha tribal política criolla que empantanaba la victoria contra el demencial terrorismo de Sendero Luminoso y MRTA.
Lamentablemente se convirtió en juez y parte, lo que posteriormente reconoció cuando señaló que su postulación a la Presidencia en 1995 fue "un error y una gran ingenuidad".
Siendo derrotado en primera vuelta a 20 puntos del reelegido el entonces Presidente Alberto Fujimori que obtuvo el 64% de los votos válidos.

Al semanario "Perú21" declaró "el mejor presidente que ha tenido el país ha sido Fernando Belaunde Terry", remarcando "en cuanto a Alberto Fujimori, es el único presidente con el cual mantengo una total distancia, no me es grato su recuerdo”.
En una entrevista realizada por la revista "Cosas", Edición 437-2010, titulada "La reserva del patriarca", deja entrever el factor humano biológico o inconsciente (mecanismos de defensa) del que no escapamos sobre todo frente a derrotas inesperadas, que por nuestros méritos impensadas, dejamos translucir nuestras discriminaciones soterradas en su caso sin efecto bumerang por hallarse protegido por la égida que le proporcionamos.
A las preguntas;

Preparándome para esta entrevista, me sorprende lo difícil que es encontrar datos sobre su vida personal.
Usted ha sido muy reservado: ¿eso ha sido por necesidad profesional o por inclinación propia?
Es una cuestión personal. A lo largo de mis estudios, por ejemplo, yo siempre tuve 4 o 5 amigos, nunca más. Yo no soy una persona que intime, como decimos los peruanos. No intimo, puedo tener un buen amigo, pero ese amigo nunca va a ser mi confidente, ni yo quisiera ser el suyo.

Y no lo ha echado de menos… Nunca, jamás. Mi consejera es la máquina de afeitar. Sueña tremendamente racionalista, ¿no? Exactamente.

Pero no hay momento de duda, de angustia, de sufrimiento, incluso en los que…
(Interrumpe)
de sufrimiento, desde luego. No… no he tenido penas cercanas. En mi familia todos están vivitos, tengo penas lejanas, pero cercanas, no.
¿De modo que la timidez no ha sido un factor poderoso en su vida? No. Sin duda, alguna veces he podido ser más audaz, pero no está en mi naturaleza, serlo. Seguramente –dice sonriendo de pronto- porque inconscientemente yo sé que tengo suerte. Entonces si tú en el fondo sabes que tienes suerte, ya no necesariamente la audacia. Comprendes ¿no? Sí: usted confía en lo que le va a pasar. Exactamente.

Dígame, esta naturaleza reservada de la que hablamos, ¿lo ha ayudado mucho en su trabajo diplomático?
Sí, me ha ayudado mucho. ¿Y sabe por qué? Porque no incomoda a los demás. Esa cualidad te hace no atractivo, pero, por lo menos, muy soportable para los demás.
Entre a Relaciones Exteriores a los 20 años, sin proponérmelo realmente. Se presentó la oportunidad de hacerlo en Relaciones Exteriores por medio de amistades y contactos familiares, esa cosa tan peruana.

(Me recuerda lo que verbalizó Matt Damon sobre el guión de su película "The adjustment Bureau": "El destino es manejado por una burocracia que se encarga que se cumpla lo planeado") ¿Según cuenta en sus memorias, que usted no estaba entre las opciones que contemplaba el Consejo de Seguridad en el ’82, cuando fue elegido, sino que, más bien, apareció su nombre cuando Estados Unidos votó a uno de los candidatos que había, y China al otro. ¿Qué papel diría que ha tenido el azar en su trayectoria? Bueno, a lo largo de mi vida, que no es corta, siempre he sabido dar proporción al mérito que le corresponde a la suerte, por más talento que tengas, y hay que saber ayudar a la suerte. Es esta la que, en buena medida, te acaba llevando de la mano… Pero, ¿qué pasa con aquellos a quienes nunca les llega la oportunidad? En el Perú, por ejemplo, si yo hubiera nacido en las alturas de Puno, probablemente ahora tendría solo una primaria bastante básica, problemas derivados de la desnutrición y traumas emocionales severos al venir de una familiar con serias posibilidades estadísticas de estar sometida por el alcohol, la violencia y la ignorancia…
Eso lo veo con tristeza, pero también sobre todo, con verguenza. Porque, ¿que hacemos los peruanos para difundir la educación en el Perú? Si en el Perú tenemos y hemos tenido tantas dificultades es en gran parte por la ignorancia de las grandes mayorías...
Ser candidato a presidente debe ser una de las mejores maneras de conocer el país. ¿no es cierto? Uno lo recorre geográfica y sociológicamente. ¿Qué le enseñó a usted el Perú esa campaña?

Me dejó la sensación de un país insatisfecho que no sabía por dónde innovar… ahora que me hace pensarlo, creo que soy muy honesto cuando digo tenía la impresión que estaban siendo llevado como de la mano por este hombre (Alberto Fujimori) al que no necesariamente querían pero sin el cual sabían estar. Se dejaban llevar no más…
Es decir “la república sin ciudadanos”. Exactamente. ¿Es que cuántos ciudadanos tenemos? ¿un millón? ¿dos millones? ¡Poquísimos! ¿Qué pesonajes, lo impresionaron más? ...La señora Margaret Thatcher. Una mujer brillante, peleadora, a la que conocí en el momento de la lamentable invasión argentina a la Malvinas, con un derecho romántico pero no jurídico... ¿Y por qué cree que Margaret Thatcher tiene tan mala prensa? Porque es una mujer intransigente, pero en la mayoría de los casos en mi opinión con razón. Después, también la traté mucho… ¿De los que sí, lo impresionó negativamente? Bueno, el más desagradable de todos mis interlocutores fue Ceaucescu, el dictador rumano. Un sujeto practicamente intratable lleno de sí mismo. Era congénitamente antipático.

A PARIS ¿Para volver?
He vivido muchos años en Francia, donde comencé mi carrera diplomática a mis 25 años, de manera que estoy más apegado a todo lo que es francés.

Cuando usted termina sus dos periodos en la ONU, se va a vivir a París.
Sí me voy a vivir a París, porque en este país mío había un gobierno (y el terrorismo que lo asolaba) en cuyo ambiente yo no me imagina viviendo. Prender la televisión y ver esas cosas…

Allá vivió 18 años.
Así es, interrumpidos cuando quiso la suerte que terminara este personaje (Alberto Fujimori y derrotado el terrorismo genocida de Sendero Luminoso y el MRTA) y vino el gobierno de transición de Valentín Paniagua, en el que fui nombrado primer ministro y en el que contra toda lógica política, nos quedamos los ocho meses para los que habíamos sido designados y ni un día más…

(De nuevo en París).

Biografía
(Lima, 1920) Diplomático peruano. Estudió en la Universidad Católica de su ciudad natal. Además de ser abogado, en 1944 fue profesor de derecho internacional e ingresó en la carrera diplomática. Fue embajador de su país en Suiza de 1964 a 1966 y, durante la dictadura militar de Juan Velasco Alvarado - Francisco Morales Bermudez (1968-1980, golpe de Estado, derrocando al entonces presidente Fernando Belaunde Terry) en la Unión Soviética y Polonia, de 1969 a 1971.
En 1971 fue nombrado Representante Permanente del Perú en las Naciones Unidas, y encabezó la delegación de su país en todos los periodos de sesiones de la Asamblea desde entonces hasta el 1975.
Representó a Perú ante los Gobiernos de Francia, Gran Bretaña, Brasil, Suiza, Unión Soviética y las Naciones Unidas.
En 1975 fue designado representante de la ONU en Chipre durante dos años. Intervino en Zambia, Afganistán e Indochina como subsecretario general para cuestiones políticas especiales. En 1979 regresó al servicio diplomático del Perú y desde enero de 1982 hasta diciembre de 1991 ocupó el cargo de secretario general de la ONU, sucediendo a Kurt Waldheim. Durante la invasión de Irak a Kuwait desempeñó un infructuoso papel en el conflicto, que desembocó en la Guerra del Golfo Pérsico y que terminó con la retirada de las tropas iraquíes del emirato un mes después.
En 1994 aceptó presentarse como candidato a la presidencia de su país, apoyado por los partidos de oposición a Fujimori; en la elecciones de 1995, Pérez de Cuellar se quedó a 20 puntos del presidente, Alberto Fujimori.

CNN TRANSMITE PROEZA DE CHAVÍN DE HUANTAR
ATENTADO EN TARATA TAN CERCA Y TAN LEJOS

Su amigo
Dr. Pablo Albán