García no fue el autor mediato de la matanza de El Frontón, Lurigancho y
Santa Bárbara. García fue el autor intelectual directo e inequívoco de esa masacre.Fue el caudillo y el fusil, la decisión y el gatillo, la orden y la
ráfaga, el grito y la sangre a la vez. Fue, en suma, un asesino.
Y esto es
historia
"Siendo
las 19.00 horas el Señor Presidente de la República, Alan García Pérez, abrió
la sesión señalando que el orden había sido restablecido y la autoridad
restaurada a un costo muy elevado de muertos. Manifestó asimismo que queda un
precedente de cómo debe actuar un gobierno democrático en el marco de la ley,
pero con autoridad para restablecer el orden. El saldo de la acción es
lamentable pero ha servido para demostrar al país que la autoridad del gobierno
se ha impuesto. El Señor Presidente de la República expresó en esas
circunstancias su felicitación al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas por el
cumplimiento eficiente de lo dispuesto por el gobierno. Señalando asimismo que
de acuerdo a la ley 24150, que establece las fórmulas jurídicas en estados de
excepción, la jurisdicción en este caso le corresponde al Fuero Militar, por lo
tanto se dispuso que a partir de esa misma tarde los jueces civiles ya no
ingresen a los penales ni a zonas aledañas declarándose los penales como zonas
restringidas, prohibiéndose los accesos a civiles". No sólo crímenes de
prisioneros rendidos o desarmados: encubrimiento desde las más altas
esferas.
De
resultas de las órdenes de García murieron los 124 presos senderistas del
Pabellón Industrial de Lurigancho, 118 de los 152 reclusos de El Frontón y 2 de
las 64 internas del penal Santa Bárbara.
Javier
Valle Riestra, que se reclama aprista de alcurnia, escribió estas frases en un
famoso artículo titulado "Alan: cuidado con el juez Garzón".
Cito:
"La vanidad herida porque hubiese acontecido aquello estando reunida en
Lima la Internacional Socialista durante su XVII Congreso, precipitó la demencia presidencial de desatar un holocausto, creyendo consolidar así su apromilitarismo".
Y añadió,
párrafos más adelante:
"Ni
Pinochet ni Videla tuvieron un papel de autoría tan directo en los crímenes
cometidos en el estadio de Santiago, en la Operación Cóndor, en el lanzamiento
al espacio de sospechosos de extremismos izquierdistas...".
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