martes, 3 de febrero de 2015

GOB. F. BELAUNDE: "LOS CABITOS", EJECUCIONES SISTEMÁTICA...

BASE MILITAR LOS CABITOS
Sección cuarta: los crímenes y violaciones de los derechos humanos
Capítulo 2: Los casos investigados por la CVR - PDF
2.9. Desapariciones, torturas y ejecuciones extrajudiciales en la base militar Los Cabitos (1983-1985) - PDF 
2.9. DESAPARICIONES, TORTURAS Y EJECUCIONES EXTRAJUDICIALES EN
LA BASE MILITAR DE LOS CABITOS (1983-1985)

La Comisión de la Verdad y Reconciliación ha establecido que miembros del Ejército acantonados en el Cuartel Nº 51, denominado como Los Cabitos, y efectivos de la Unidad de inteligencia conocida como “La Casa Rosada”(ambos establecidos en Huamanga) ordenaron, permitieron o cometieron violaciones de los derechos humanos de la población local, entre los años 1983 y 1984. Efectuaron detenciones arbitrarias, torturaron, concedieron libertad selectivas, desaparecieron y ejecutaron extrajudicialmente, por lo menos, a 136 ciudadanos.
El 12 de octubre de 1981, un día después de un violento ataque al puesto policial del Tambo (Ayacucho), el Presidente Fernando Belaúnde Terry decretó el estado de emergencia en las provincias de Huamanga, Huanta, La Mar, Cangallo y Víctor Fajardo, lo que implicó la suspensión de las garantías individuales referidas a la libertad y seguridad personal.
La subversión siguió creciendo en 1982. El 2 de marzo, miembros del PCP-Sendero Luminoso asaltaron el penal de Huamanga, originando la fuga de 254 reos. La respuesta policial fue inmediata. Al día siguiente efectivos de la Guardia Republicana asesinaron a 3 presos que estaban internados en el Hospital de Huamanga.
… El 31 de diciembre de 1982, el General EP Roberto Clemente Noel Moral fue nombrado Jefe Político Militar de la zona de emergencia. Noel Moral asumió el cargo el 1 de enero de 1983.
… Dichos oficiales, así como el Batallón bajo su mando se instalaron en el Cuartel N° 51, “Los Cabitos”, en Huamanga, donde tuvieron su centro de operaciones.
Las violaciones de derechos humanos aumentaron
Las denuncias sobre violaciones de derechos humanos se incrementaron desde que el Ejército asumió el control de la zona. En la mayoría de las acusaciones presentadas al Ministerio Público y los testimonios recogidos por la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), se señala, como perpetradores, a personas vestidas con uniforme policial o militar que portaban armas largas, ingresaban a las viviendas por la madrugada, no se identificaban, golpeaban a las personas y se las llevaban a lugares desconocidos.
Las violaciones de los derechos humanos cometidas en “Los Cabitos” y “La Casa Rosada”
La Comisión de la Verdad y Reconciliación ha tomado conocimiento de 138 casos de personas que fueron secuestradas, torturadas o asesinadas por las Fuerzas del Orden en 1983 y 1984, en la provincia de Huamanga.
Se ha seleccionado tres casos, que hemos considerado representativos de la actuación de las Fuerzas del Orden. Uno de secuestro y tortura, otro de secuestro y desaparición, y un tercero de secuestro, desaparición y asesinato.
… Sobre las ejecuciones extrajudiciales, es preciso señalar que muchas de las personas detenidas no resistían las torturas y fallecían exhaustas, y que otras eran asesinadas directamente cuando, según el criterio de sus victimarios, se demostraba su responsabilidad. Algunos cadáveres eran enterrados en fosas clandestinas, otros cuerpos eran abandonados en caminos, quebradas y parajes relativamente cercanos a la ciudad, como Puracuti e Infiernillo.
El testimonio reservado de un soldado que cumplió el servicio militar obligatorio en el Cuartel Cabitos, entre los años de 1983 y 1985, refirió a la Comisión de la Verdad y Reconciliación que un teniente llamado “Cadena”, descuartizó -a plena luz del día- a un hombre enfrente de todos los soldados:
... el teniente “Cadena” descuartizó a plena luz del día a un hombre delante de todos los soldados y como ya había una fosa común abierta se cruzó en esta un palo que sirvió como durmiente para arrojar el cadáver y luego lo volaron con dinamita... ...el testimoniante refiere que en una tercera vez, llegaron a la base un grupo de mujeres..., a quienes golpearon y mataron; no era necesario enterrarlas, las tiraban a la fosa. El comentario según refiere el testimoniante era, “¡así mueren los terrucos!”. 26
Según el relato de otro ex militar, cuya identidad se mantiene en reserva, en 1985, se construyó un horno al interior del Cuartel Los Cabitos. Tanto en su construcción, como en el de una “Cuadra”, se encontraron restos humanos enterrados. Posteriormente el horno fue utilizado para quemar los restos que se desenterraban:
“...el horno se construyó en una zona aledaña al Cuartel Los Cabitos, a la que se tiene acceso por una vía carrozable, que cruza la parte final de la pista de aterrizaje del aeropuerto de la ciudad de Ayacucho (...) para construir el horno , los soldados del INGUAR empezaron a cavar y encontraron algunos cadáveres... Se hacía un hueco de un metro y medio, en la madrugada se llevaba a la gente, donde los sepultaban y sobre la misma se colocaban algunos cactus...
...Luego de haber concluido la construcción del horno, el declarante y los demás integrantes del INGUAR se encargaron de desenterrar los cadáveres que se encontraban enterrados en las zonas aledañas donde se construyeron las cuadras de los soldados y el mismo horno.27
Dado el patrón de actuación que se ha analizado, es posible afirmar que las violaciones de los derechos humanos consistentes en detenciones arbitrarias, detenciones en instalaciones militares, torturas, libertades selectivas, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales, obedecían a una práctica sistemática, por la uniformidad del procedimiento y generalizada, por el alto número de víctimas.
Es evidente que sólo los militares de alto rango podían establecer los procedimientos de actuación de las Fuerzas del Orden, sea diseñándolos, corrigiéndolos o sustituyéndolos. En consecuencia, las violaciones de los derechos humanos señaladas serían parte de una estrategia contrasubversiva creada por el aparato militar estatal o, cuando menos, tolerada por él. La gran cantidad de violaciones de derechos humanos y las múltiples denuncias efectuadas tuvieron que ser conocida necesariamente por los jefes militares.
Cabe recordar, que el Cuartel BIM 51 Los Cabitos, tenía una estructura jerarquizada rígida por su condición militar, que el Comando Político Militar tenía a su cargo el planeamiento y ejecución de las operaciones militares que se realizaban en la zona, que las instrucciones emitidas por el Comando eran acatadas por todo el personal bajo el riesgo de ser sancionados por desobediencia, que el Jefe del Comando Político Militar de Ayacucho del año 1983, ha señalado que su despacho se encontraba instalado en el interior del Cuartel Los Cabitos y que esta instalación militar era su casa. Desde esa perspectiva, resulta evidente que los altos mandos de la citada instalación militar han tenido el dominio y control de los actos violatorios a los derechos humanos.
Tomo III
PRIMERA PARTE: EL PROCESO, LOS HECHOS, LAS VÍCTIMAS
Sección segunda: Los actores del conflicto
Capítulo 2: Los actores políticos e institucionales
2.1. EL GOBIERNO DEACCIÓN POPULAR (Francisco Belaunde Terry)
2.1.3.2. Los comandos político-militares
2.1.3.2.1. El primer año: general Roberto Noel
En entrevistas con la CVR, el general Noel afirma que desde el comienzo de su gestión contó con el respaldo explícito del arquitecto Belaunde. Según sus recuerdos reconstruye el siguiente diálogo:
"Señor presidente [Fernando Belaunde], perdón, quiero hacerle una pregunta: usted me ha cambiado la misión; ¿voy o no voy a combatir?" El presidente Belaunde me dice: "General, usted combata con toda energía y tiene el apoyo del Gobierno Constitucional". "Gracias".41

El informante

Reflexiones al pie de 136 cadáveres

"El Perú de aquellos años no era una dictadura militar como la de Pinochet o Videla. ¿No es peor la existencia de matanzas sistemáticas bajo un régimen democráticamente elegido?... Esta pregunta está en la base de una crítica a la CVR por haber sido más tenue su condena a los períodos  de Fernando Belaunde (1980-1985) y Alan García (1985-1990) respecto del de Alberto Fujimori. " Ricardo Uceda.

SU AMIGO
DR. PABLO ALBÁN




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