domingo, 22 de noviembre de 2015

EN EL ACTO MÉDICO NO HAY ENEMIGOS

ES LA RAZÓN DE NUESTRO EJERCICIO PROFESIONAL HUMANITARIO
EN EL ACTO MÉDICO NO HAY ENEMIGOS
From: Pablo Manuel Albán Silva [mailto:albansilvamedico@yahoo.es] 
Sent: Saturday, November 21, 2015 10:49 PM
To: Asociación Psiquiátrica Peruana
Cc: yahoogroups; yahoogroups
Subject: EN EL ACTO MÉDICO NO HAY ENEMIGOS
 
ES LA RAZÓN DE SU EJERCICIO PROFESIONAL HUMANITARIO 
EN EL ACTO MÉDICO NO HAY ENEMIGOS
El doctor israelí que salva palestinos y el doctor palestino que salva judíos
Uno es jefe de anestesia y otro cirujano jefe. Juntos estudiaron y ahora juntos afrontan en Jerusalén el aluvión de apuñalamientos Uno de ellos, al padre de una víctima: 'Un Ahmed apuñaló a tu hijo y un Ahmed intenta salvarlo'
Dos hombres y un destino. Salvar vidas contra todo prejuicio. El cirujano árabe Ahmed Eid y el anestesista judío Jochanan Schiffman se entien...

Dos hombres y un destino. Salvar vidas contra todo prejuicio. El cirujano árabe Ahmed Eid y el anestesista judío Jochanan Schiffman se entienden sin…
ELMUNDO.ES
Su amigo
Dr. Pablo Albán 
El doctor israelí que salva palestinos y el doctor palestino que salva judíos
Uno es jefe de anestesia y otro cirujano jefe. Juntos estudiaron y ahora juntos afrontan en Jerusalén el aluvión de apuñalamientos Uno de ellos, al padre de una víctima: 'Un Ahmed apuñaló a tu hijo y un Ahmed intenta salvarlo'
Dos hombres y un destino. Salvar vidas contra todo prejuicio. El cirujano árabe Ahmed Eid y el anestesista judío Jochanan Schiffman se entienden sin necesidad de hablar. Una mirada es suficiente ya sea en el comedor, en el ascensor o en el quirófano del Hospital Universitario Hadassah Mt Scopus de Jerusalén. O donde estamos: en el despacho del primero, en una pausa entre la operación a una víctima de un nuevo apuñalamiento y la visita a un atacante herido gravemente. Entenderse sin hablar no es un lujo, sino su obligación. El profesor Eid es jefe de Cirugía del hospital y el doctor Schiffman es el máximo responsable de anestesia. Días de tensión y violencia en Jerusalén donde las sirenas de ambulancias y policías toman la palabra en sus calles. Días de locura para estos dos veteranos que han operado y anestesiado todo lo que uno puede imaginar. Quién les iba a decir en los años 70, cuando compartían pupitre en la Universidad Hebrea de Jerusalén, que un día serían jefazos de este importante centro sanitario. Y que de sus manos dependería la vida de muchísimas personas. Judíos y musulmanes. Israelíes y palestinos. Víctimas y agresores. El bisturí de Eid no diferencia orígenes, religiones, motivaciones o ideología y atraviesa densas capas de hostilidad y fanatismo. Se declara orgulloso de ser ciudadano árabe de Israel y disipa dudas: "Créame, me da igual la identidad del paciente. Para mí, que sea judío o árabe no tiene importancia. Mi único objetivo cuando recibo al herido es evitar que muera". Schiffman asiente con la cabeza: "Yo no sé quién es la víctima ni el atacante. Les tratamos exactamente igual. Ni más ni menos". Media mañana. Desde hace varias horas no reciben alertas para correr a urgencias. En el reposo del guerrero recuerdan el momento en que, hace un mes, un niño judío de 13 años llegó a sus manos en estado extremadamente crítico. Naor Ben Ezra presentaba heridas muy profundas en la parte superior del cuerpo tras ser apuñalado por el palestino Ahmed Manasra, de su misma edad, y su primo, de 15 años."Llegó casi muerto", apunta Eid. Mientras era operado, su familia, judía practicante, rezaba todo lo que estaba escrito. Pedían en hebreo la ayuda divina para que un árabe salvara la vida a su hijo atacado por otro árabe mientras iba en bicicleta. "Le dije a su padre que haríamos todo lo posible para que siguiese vivo. Estaba en estado de shock y para animarle le comenté en broma: "Un Ahmed apuñaló a tu hijo y otro Ahmed intenta salvarle"".El atemorizado padre lo agradeció y lamentó: "Ojalá no hubiera aparecido Ahmed y así mi hijo no necesitaría que otro Ahmed le salve la vida". Tras varias semanas en rehabilitación, recibió el permiso de Eid para volver a casa. Naor no necesitaba al ángel del bisturí árabe para tumbar al estereotipo. Cuando salió del hospital quedó con su mejor amigo del cole, el musulmán Ismail.No es la primera vez que el cirujano palestino salva la vida de un judío que casi es arrebatada por otro palestino. En agosto de 2014 llegó a su mesa de quirófano el soldado Jen Schwartz (19 años) gravemente herido por dos balazos de un palestino en moto. El equipo de Eid obró el milagro.
http://www.elmundo.es/cronica/2015/11/19/56465078ca474192748b45e8.html
Su amigo
Dr.Pablo Alban Silva


Dos hombres y un destino. Salvar vidas contra todo prejuicio. El cirujano árabe Ahmed Eid y el anestesista judío Jochanan Schiffman se entienden sin…
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